Así dice el lema del Domund de este año, pero no queremos que la jornada se quede en una simple jornada de recaudación. Por eso estos días queremos volver la mirada a los misioneros y misioneras para que den ellos testimonio.

 

Antxon Serrano es misionero javeriano nacido en Ordizia hace 55 años. Ha pasado los meses de verano de vacaciones con su familia. En el mes de septiembre regresó a Chad para continuar su labor misionera.

 

En el mes de julio visitaba la sede de Misiones y Cooperación y tuvimos oportunidad de hablar con él. Antxon llegó a Chad en 1996 y allí ha permanecido en dos etapas de 8 años y 6 años. La misión se sitúa en Bongor, al sur del país. Se trata de una ciudad de unos 40.000 habitantes. Allí vive en una comunidad internacional, una manera de dar testimonio de fraternidad a pesar de las diferencias de origen. Trabaja en las dos emisoras de radio que hay en la diócesis y es profesor de instituto. De hecho, tal y como explicaba en su visita, los jóvenes son su prioridad y es que el 54 % de la población son menores de 18 años. Muchos jóvenes quieren ser cristianos porque dicen que “quieren salvarse”, quieren otra cosa y la iglesia católica tiene mucho prestigio. La comunidad cristiana es muy joven con presencia mayoritaria de chicas. En el país el 20% son cristianos, pero la proporción es mayor en el sur donde llegan al 70%.

 

Desde el Servicio Diocesano de Misiones y Cooperación agradecemos las visitas de los misioneros y misioneras que comparten su experiencia de vida. Es la manera de seguir construyendo puentes de comunicación y solidaridad entre la diócesis y sus misioneros.