La hermana Ofelia Robledo es mexicana, mercedaria del Santísimo Sacramento. Durante años, estuvo destinada en la guardería del barrio donostiarra de Herrera, pero cuando abrieron la misión de Mozambique, marchó allí donde lleva 10 años en las afueras de la ciudad de Pemba, al norte del país. Como se encuentra estos días en la casa de Herrera, vino de visita a la sede diocesana de Misiones y Cooperación para charlar y agradecer la ayuda que se les envía desde aquí. La congregación de la hermana Ofelia tiene en Pemba una casa-hogar para niñas donde viven 40 chicas. En marzo, con motivo de la campaña de Misiones Diocesanas, pudimos conocer el proyecto. Tal y como explicaba la hermana Ofelia, en Mozambique la situación de la mujer es muy difícil. Por ello, en su casa acogen a aquellas niñas que se encuentran en riesgo para garantizar una educación integral. De hecho, la hermana Ofelia está convencida de que la educación es la clave para transformar la realidad. Les ayudan a sanar las heridas internas que traen para que logren una verdadera liberación.

Por otro lado, como consecuencia de la violencia yihadista del Norte, muchos habitantes se han refugiado en los tres campos del entorno de Pemba abandonando sus casas. Las religiosas dan de comer a los hijos de los refugiados y organizan actividades con ellos. Podemos concluir diciendo que en la misión de Pemba son muchos los desafíos.